Parece una contradicción, pero generalmente cuando un equipo va de punto en el fútbol uruguayo, la adversidad lo fortalece. Si Da Silva no ganaba tenía que aprontar las valijas, pero no solamente ganó, sino que además goleó y encima dejamos técnicamente sin posibilidades de un tricampeonato al tradicional rival.
Los cambios del técnico aurinegro sorprendieron,pero sin duda alguna sirvieron. Peñarol venía sin 3 años de victorias clásicas por torneos oficiales, pero en un partido de esta naturaleza, obviamente que no hay favoritos. Las cartas estaban jugadas y el responsable de impartir justicia era nada más ni nada menos que el mejor: Darío Ubríaco.
El Manya comenzó atacando desde el inicio, y ya a los 4 minutos se escapó Núñez y tiró al medio para Pacheco, que después de tantas malas abre el partido en el clásico más importante en los últimos 3 años y hace un alocado festejo frente a la Amsterdam. Nacional enseguida intenta descontar, pero Vicente Sánchez se hace acreedor de un auténtico "¿Para que te traje?" Para colmo de males, a los 10 miunutos Alonso tiene que dejar el partido y entra un Abreu que fue totalmente inoperante.
Posteriormente Bava saca mal, la pelota no puede ser retenida en el medio de la cancha, Pacheco se la da a Zalayeta y la Pantera que mete un zarpazo zarpado desde más de 30 metros ante un Bava que se deja caer, en vez de tirarse. Segundo gol Aurinegro a los 17 minutos que festejaron de manera emocionante el autor del gol y el capitán abrazados, corriendo directo al banco de suplentes.
Después Núñez llegó 2 veces con peligro al arco tricolor, pero Bava con más suerte que cabeza logró que se entreverara en sus piernas el esférico y se fue la etapa inicial.
En la etapa complementaria Peñarol siguió atacando y Zalayeta sacudió a Bava, que sin mucho esfuerzo saca la pelota en vez de agarrarla. Nacional intentaría, pero se encontró con un Bologna infranqueable, tanto que en 3 partidos Nacional nunca pudo hacerle un sólo gol.
El equipo tricolor fruto de la impotencia pegó, pegó y pegó, tanto que tuvieron 3 expulsiones y pudieron ser más. Y como se sabe Peñarol sí puede ganar un clásico de 8 contra 11... obvio que Nacional no.
Por si fuera poco Ubríaco de un casi excelente partido se equivocó una sola vez y cobró un penal que no fue, pero a uno mirándolo en la televisión, recién en la 4ª repetición se puede ver que la redonda le pega en la cabeza a Núñez. Totalmente calmado Aguirregaray le pegó el tiro de gracia a Bava, a Nacional y al sueño del tricampeonato.
Peñarol fue mucho más de principio a fin y logró un triunfo importantísimo, vital, histórico, para sepultar al tradicional rival. Ahora vamos por el Campeonato Uruguayo, mientras que Nacional se quede pensando en el año que viene, ya que en este los pañuelos solamente se saquen para secar las lágrimas...
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